19 febrero, 2008

Objetos Perdidos


Perdí la inocencia cuando me agache a recoger un puñado de falsa moralidad.
Perdí el norte, los papeles y la razón intentando discutir con el idiota que me grita desde el reflejo del espejo del baño.
Perdí la cordura en una piscina de bolas de color por qué y para qué.
Perdí la objetividad el día que me gasté toda la plata en Fe
Perdí la paz en una habitación hirviendo en sexo, oscuridad y rock and roll y la independencia dentro de mi nevera vacía.
Perdí las ganas en un sobreesfuerzo por ganar y el optimismo en alguna página de mi diario íntimo
Perdí un muñeco de He-Man, una ortiga, una pelotita negra de goma y cinco garrapatas del Felipe, mi primer perro.
Perdí mi suerte un martes 13 y mi adolescencia un abril.
Perdí la esperanza… Pero sé donde está.
El Nene Girasol la escondió debajo de la cama y tres fantasmas la custodian mientras hacen albondiguitas con las pelusas y castillos con la ropa sucio.
Sé que es cuestión de ser fuerte, simplemente asumir que la Nena del Exorcista ya no vive ahí y tan solo meter la mano y sacarla.
No puedo ir más a la oficina de objetos perdidos, ya no me da la cara.

2 comentarios:

La Oveja dijo...

respire ondo y metase debajo de la cama

viole dijo...

hey! salga de abajo de la cama y escríbase alguito!!