23 julio, 2008

Ocho años en el Mundo


Hace 8 años los inviernos eran más largos. El mundo era distinto, New York tenía sus Torres y conocíamos otro Papa. Youtube no existía y las casillas de correo se llenaban con dos fotos. Hace ocho años no existía la palabra metrosexual y cacerolazo era un golpe en la cabeza con una olla, asi como los mensajes de texto eran impensables y la viborita el juego más sofisticado del móvil.
Hace ocho años no había nacido Nemo, ni el hijo de Vanesa, ni mi perrita. Mirábamos películas en video y el DVD parecía algo inalcanzable. Ocho años atrás escuchaba en mi disk-man (sin saber que llegaría el ipod), aquella canción de Alanis que hoy la pasan en la sección de clásicos de MTV. Pocos sabían lo que era un mp3 o que el emule arrasaría con el Musimundo de calle Córdoba. Las migrañas eran mal de ojo y el estrés estar hasta los huevos del trabajo. Ocho años atrás no se soñaba con un presidente norteamericano negro, ni se tenía la pesadilla del calentamiento global.
Hace ocho años odiaba el color verde y amaba el negro y mi actriz favorita era Wynona Ryder. La madurez era algo lejano y la juventud, como la prolongación de la adolescencia, parecía eterna.
Hace ocho años el mundo era distinto, la gente era diferente, la vida se mostraba de otra forma.
El mundo cambió tanto que solo lo advierto cuando en días como hoy hecho la mirada al pasado agarrándome la cabeza al advertir que ya formo parte de aquellos que dicen “cuando era joven”.
Lo cierto que es que gracias a Dios hay cosas que no cambian. Hace ocho años me acuesto a tu lado sin tener miedo a que el mundo dé un giro inesperado, sin miedo a la gente, ni a la vida. Porque hace ocho años duermo al lado de una persona capaz de crear un mundo paralelo que cambia sin dejar de ser el mismo en su esencia.
Un mundo donde siento que todo lo que importa es poder despertarme con tu aliento en mi espalda y acostarme refugiado en tus brazos.
En estos últimos ocho años cambió el mundo, cambio la vida, cambio la gente, pero la necesidad de tenerte es la misma, la certeza de que sean tus labios los últimos que deseo besar y tus ojos los últimos en los que quiero verme siguen patentes, firmes e inamovibles como aquel 24 de julio del 2000 en el que supe que eras mi mundo, el único mundo en el que iba a querer vivir por siempre y en el que estaría a salvo de cualquier cambio fortuito del destino. Porque hoy, como hace 8 años, a pesar de que todo cambia, el mundo, la gente, la vida… yo, seguís siendo ese universo en el que me permito no temer a nada.
Gracias por mantener intacto el mundo de tu amor, lejos de cambios drásticos, tragedias y paradojas, gracias por hacer de mi mundo y de todo lo que lo rodea un lugar seguro y amable, porque aunque lloro, grito y me desespero, siempre hay un momento en el que vuelvo en si y caigo en que a pesar de mi, estas a mi lado, sosteniendo mi mundo.
Gracias porque si, porque es cierto que el mundo es un lugar mejor desde que estás en él y porque a pesar de todo lo que acontece, cada vez que me decis “te amo” siento la tranquilidad de que nunca pasó ni pasará nada malo en este mundo, que cambia sin que me de cuenta y sin que me importe demasiado.
¡Feliz aniversario!
Te amo

1 comentario:

La Oveja dijo...

felicitaciones a ambos por los 8 años!!!